La historia de los Keller está salpicada de historias realmente jugosas. Como esa que dice que desde hace diez generaciones no nace una niña en la familia, de modo que ha habido siempre un varón Keller a cargo del negocio familiar. El último traspaso de poderes, de Klaus a Klaus-Peter -padre e hijo, respectivamente- se produjo en el año 2001 y son ahora Klaus-Peter y su encantadora mujer Julia quienes custodian la propiedad para sus hijos Max y Félix (varones, por supuesto), dentro de otros quince años.
Muy interesante también es el hecho de que Rheinhessen ha sido tradicionalmente una de las zonas vinícolas menos nobles de Alemania, siendo los Keller los artífices de una revolución en la zona en los últimos veinte años. De hecho, hay quien dice que Wonnegau (la subzona en la que se encuentra Florhseim-Dalsheim, el precioso pueblito en el que está la bodega) ha sufrido una “metamorfosis” hacia la clase mundial en la elaboración de vinos.
Pero todo esto no nos habla de los vinos, aunque nos ayuda a explicar que en el último traspaso de poderes, Klaus-Peter decidió revolucionar el mundo vitivinícola del Rheinhessen y comenzar a vinificar las mejores uvas de una forma diferente a la que había seguido su padre. Fuera del Pradikat, y dentro de las clasificaciones Grosses Lage / Erste Lage, que implican que los vinos proceden de los mejores viñedos y son vinificados en seco (azúcar residual menor de 12gr/litro). Así que Weingut Keller pasó de una base fiel de clientes alemanes y asiáticos interesados en sus vinos del sistema Kabinett / Spatlese / Auslese a intentar entrar en el mundo de los vinos secos. ¿El resultado? Bodega del Año Gault-Millau 2001, Colección del Año Wein-Plus en 2004, 2005, 2006, 2007, monográficos en algunas de las publicaciones especializadas más prestigiosas del mundo (The World of Fine Wine, View from the Cellar…). Un éxito rotundo. Hoy, sus vinos están entre los más cotizados del mundo, los cupos de los diferentes países son cada día menores y, en fin, cada año tenemos menos vino en vez de más vino como nos gustaría.
¿El secreto? No hay otro que el terroir y el respeto al mismo. Klaus Keller había tenido la precaución de ir comprando parcelas en lugares antaño prestigiosos pero que no destacaban dentro del Pradikat. Como comprar no es suficiente, Klaus hizo la friolera de 60.000 agujeros profundos en los viñedos para entender cada suelo y cómo cambia ese suelo cada diez metros dentro de la misma parcela. Con ese conocimiento exhaustivo, su hijo Klaus-Peter sólo tuvo que dejar que las condiciones del terroir brillaran con luz propia vinificando en seco. No olvidemos que aunque el estereotipo de Alemania es, climatológicamente hablando, un cielo gris, lluvia y bastante frío, la realidad es bastante diferente, al menos en el sur del país, donde nos encontramos días radiantes de sol, con fuertes diferencias térmicas entre el día y la noche, lo que unido a la excelencia de los suelos se convierte en una combinación mágica para que la Riesling (¿será posible que aún no hayamos mencionado a la variedad tras más de cuatro párrafos?) se expresara como sólo ella sabe.
Entre los viñedos de Weingut Keller se encuentran nombres míticos como Hubacker en Florsheim-Dalsheim, Kirchspiel, Morstein y Absterde en la vecina localidad de Westhofen, algunos de los cuales han estado en poder de la familia desde la fundación de la bodega en 1789, un año revolucionario, por cierto.
Aunque inicialmente importamos sus vinos blancos elaborados con Riesling, ocasionalmente podemos disponer de algunas botellas de un Rieslaner o un Schereube dulces, y desde el año 2014 hemos comenzado con pequeñas cantidades de sus vinos tintos, tanto en la entrada de gama como sus Spatburgunder (Pinot Noir) que Klaus-Peter elabora a la manera borgoñona con la inspiración de los grandes elaboradores de aquella zona francesa.
Desde el año 2012, la bodega no vende su vino emblema, “G-Max” más que dentro de una caja surtida cuya composición varía año a año en función de los vinos que los Keller juzgan mejores.
VINOS IMPORTADOS POR COALLA/IMPORT
Keller QbA Trocken
El vino alegre, fresco y jovial de los Keller. No se equivoquen, no es un vinillo, ya que hablamos de la mejor bodega de Alemania, de una uva grande como pocas y en la que se encuentra el saber hacer de Klaus-Peter. ¿Qué mejor introducción? Envejece magníficamente, hemos bebido botellas con 10 años fráncamente buenas, aunque nos gusta en sus primeros cinco años de vida.
Keller Weisser Burgunder – Chardonnay
Un vino blanco elaborado con Pinot Blanc y Chardonnay, con la grasa de ambas variedades pero al mismo tiempo ligero debido al estilo de viticultura y vinificación. Aún no tan limitado como los vinos de la variedad Riesling.
Keller Riesling Von der Fels
Von der Fels significa “De las Rocas”, así que ya se pueden imaginar que el objetivo es, ni más ni menos, que dejar que la Riesling se exprese en clave mineral. Una buena parte del vino proviene de las partes más bajas de los viñedos Grosses Gewachs, más ricos en arcilla que las partes superiores. Calidad Grand Cru a precio asequible, ¿alguien da más?
Keller Riesling RR
El RR es una selección realizada en la parcela Kirchspiel en una zona de la misma en las que hay pizarras rojas (RR significa Reserva Roja) y las viñas se han plantado hace unos cinco años, por lo que no se emplean dentro de los Grosses Gewachs. Es un incremento en volumen en la boca, lo cual no lo hace ni mejor ni peor que el Von der Fels, simplemente diferente.
Keller Rieslaner Feuervogel
Klaus-Peter y Julia Keller siempre se han sentido muy vinculados a la variedad Rieslaner, que utilizaban para hacer vinos dulces pero también para elaborar un vino que destinaban al consumo local. Las viñas han envejecido y ahora hacen un gran vino seco de Rieslaner. Feuervogel o pájaro de fuego. Para beber o guardar.
Keller Riesling GG Hubacker
Entramos en el dominio de los Grosses Gewachs (Grand Cru), con su racimo de uvas en el cuello de la botella y una magnífica concentración tanto en nariz como en boca. Su gran estructura promete maravillas para el futuro aunque se puede beber ya con la precaución de someter el vino a una buena decantación.
Keller Riesling GG Kirchspiel
Mandarina, petróleo, tiza… un ensueño de nariz y una maravilla de boca. Más abierto que Hubacker recién embotellado pero con mucho que decir por delante. Un vino aristocrático.
Keller PIUS Auslese
Se trata de un vino dulce que KP Keller pretende sea el vino dulce básico de la casa. Mayoritario de Riesling pero con proporciones variables de Rieslaner y Schereube según la añada.
Keller Riesling Cuvee TBA
Un TrockenBeerenAuslese de Keller es lo más próximo que se puede estar al cielo de los llambiones. Una concentración impresionante y un equilibrio en boca entre el dulzor y la acidez simplemente magistrales. No se elabora todos los años.
Keller HM Nº17 Rotwein Trocken
Elaborado con la casta Portugieser, es un vino tinto muy ligero, de carácter floral más que frutal, con algunas especias. En boca resulta fresco y muy fácil de beber. Un tinto ideal como aperitivo. Lamentablemente, las viñas de Portugieser fueron arrancadas hace unos años y este vino no se elaborará más.
Keller Spatburgunder Trocken -S-
Tinto de Pinot Noir básico de la casa. Tiene una bonita materia frutal, resulta especiado en nariz y tiene una boca carnosa y con buena acidez.
Keller Spatburgunder GG Dalsheim Burgel
Un Grosse Lage elaborado con Pinot Noir es el equivalente a un Grand Cru de la Borgoña. Con un plus de concentración respecto al Spatburgunder Trocken -S-, recomendamos su guarda durante al menos tres años después de su cosecha.
Keller Spatburgunder GG Florsheim Frauenberg
El vino tinto emblema de los Keller procede de su propio pueblo. Gran finura, gran intensidad, y un precio acorde que empieza a rivalizar con los precios de los Grand Cru de la Borgoña.