La historia de Vantorosso es la de dos grandes amigos, Vanni Pasquali y Franco Allegrini. El primero, piloto de rallies que ganó numerosas pruebas en los años noventa y llegó a correr algunas pruebas en nuestro país. El segundo, famoso por estar al frente de Allegrini Estates, uno de los grandes nombres del vino toscano, trístemente desaparecido en 2022.
Es tras una carrera en Montalcino que los dos amigos se reunen y Vanni le confiesa que el paisaje de los viñedos es evocador, a lo que Franco le contesta que debería hacer vino en su tierra, el Véneto. Y a eso sque se puso, en 2015, y le puso el nombre Vantorosso porque rojos son los coches de una célebre marca italiana. Y porque, en el fondo, si se puede soñar, se puede hacer, así que Vanni invirtió en su tierra natal y de sus viñas con las variedades autóctonas Corvina Veronesa, Corvinone y Rondinella, elabora un portfolio de vinos sencillo y completo a la vez.
Vanni hoy cultiva 7,5 hectáreas en Marano di Valpolicella, una parte de las cuales están conducidas con el sistema de pergole veronese. Producen unas 50.000 botellas al año a partir de la variedades Corvina Veronese, Rondinella y Corvinone.
Sus vinos son francos, directos, sin artificios. Hablan del Veneto, saben a Valpolicella, ahí es nada. Vinos Coalla.
VINOS IMPORTADOS POR COALLA/IMPORT
Vantorosso Valpolicella Classico
Elaborado con proporciones que pueden variar pero que en general se intenta que sean un 45% de Corvina Veronese, un 45% de Corvinone y un 10% de Rondinella. Elaborado en acero, buscando la frescura, la fruta negra madura, una buena acidez, sale al mercado al año siguiente a la vendimia y le sientan muy bien unos meses para asentarse y redondearse.
Vantorosso Ripasso
Si a un Valpolicella Classico le añadimos pasta de hollejos, pulpa y pepitas de elaborar un Amarone y las dejamos macerar unas semanas, obtenemos un Ripasso. Un vino completamente seco, pero más denso que un Classico. Un plus de concentración, con taninos de terciopelo.
Vantorosso Amarone della Valpolicella
Un vino tinto seco que está en contacto con la masa de hollejos, pulpa y pepitos durante un periodo de tiempo designado cada añada por el Consorzio, en ocasiones hasta 120 días. Se trata de un vino diríamos que imperial, en el sentido de que es tremendamente concentrado y, a pesar de esa larga maceración, resulta completamente seco, afinado convenientemente un mínimo de 4 años en bota grande de roble de Eslavonia. Gran potencial de envejecimiento.